El material más utilizado por su resistencia y precio es la chapa aluminizada sinusoidal. Posee un cuerpo de acero revestido en aluminio, que la vuelve resistente a la corrosión.
La onda sinusoidal, al no tener partes planas, ofrece mayor resistencia contra abolladuras que el plegado trapezoidal.
Otra variante, también de buena resistencia, es la chapa prepintada. Su tratamiento de calor en hornos le otorga mayor protección ante las agresiones del clima.
Para los techos a dos aguas o a un agua muchos eligen las chapas trapezoidales con sus diferentes tipos de pliegues, las cuales brindan terminaciones estéticas más modernas.
Otro material, menos utilizado actualmente, es el fibrocemento. Las chapas de fibrocemento tienen como beneficio una mayor vida útil frente a la corrosión, pero como contrapartida son frágiles a roturas por golpes o granizos fuertes, generando así mayor probabilidad de filtraciones. Además pueden liberar asbestos, material contaminante y tóxico.
La aislación térmica es lo más conveniente para proteger el interior de las temperaturas extremas y el ruido.
El material más utilizado es la lana de vidrio, sea con papel kraft o aluminio, y provee una aislación confortable que reduce el gasto de energía utilizada para calefaccionar o refrigerar.
La variedad más adecuada para los galpones es la lana de vidrio con aluminio y fieltro tensado que la hace más resistente dado que su cara aluminizada quedará expuesta al interior del recinto.
Otras opciones en aislación son los revestimientos de espuma de polietileno, las placas de tergopol o los cielorrasos con termofoil.